Hace unas semanas hablamos sobre las comunidades en Instagram: qué son y cómo construir una. Un tiempo más tarde, quedó evidenciada la importancia de generar una comunidad y cómo ésta va más allá de la cantidad de seguidores y likes en un perfil: Instagram traspasó la pantalla y logró salvar una provincia entera en Argentina.
A mediados de febrero, lo que había empezado como un incendio de pastizales en Corrientes se descontroló, y a partir de ahí todo fue caos: el fuego arrasó con más del 11% de la superficie de la provincia, afectando cosechas, animales y a vecinos que perdieron sus casas. Frente a esta catástrofe, las redes sociales jugaron un papel muy importante para difundir lo que estaba sucediendo, ante el silencio de muchos de los medios de comunicación tradicionales.
En esta línea, el influencer Santiago Maratea eligió aprovechar su alcance masivo para juntar dinero y enviarle insumos a los bomberos que estaban combatiendo el fuego. Un sábado por la noche, en vez de salir con sus amigos, se quedó en su casa y propuso, a través de historias de Instagram, juntar dinero para comprar un autobomba y donarlo a Corrientes. Sin embargo, todo se descontroló y en tan sólo dos días, juntó más de 180 millones de pesos: dinero suficiente para equipar con todo lo necesario a los 14 cuarteles que trabajan en el lugar, y enviarle alimento a los animales afectados.
Si bien Santiago decidió ponerse al frente de la situación, no lo logró solo. El influencer cuenta con una gran comunidad, compuesta por más de tres millones de personas comprometidas con causas sociales y dispuestas a aportar su granito de arena para quienes más lo necesitan. Pero otro componente fundamental en la cadena, fueron también otros influencers: actores necesarios para dar aún más visibilidad a la acción, y generar sinergia entre las distintas comunidades para aportar a una misma causa.
Por ejemplo, Stephanie Demner no dudó en sumarse apenas se enteró. No sólo difundió la situación e invitó a sus más de un millón de seguidores a aportar dinero, sino que también puso a disposición el 100% de lo recaudado en un día de ventas de Gigil, su emprendimiento de indumentaria, para ayudar a combatir los incendios.
Pero el número de seguidores no es un factor determinante de una comunidad, y el fotógrafo Nacho Saso lo demostró: decidió donar 10 ediciones de su propio libro (equivalente a $100.000), fruto de mucho trabajo y esfuerzo, que ilustra en fotografías su recorrido por toda la Argentina. Y si bien cuenta con menos de sesenta mil seguidores en su perfil de Instagram (una cantidad mucho menor que el resto), esto no fue un impedimento: cumplió el objetivo en menos de media hora y hasta él se sorprendió del logro de su comunidad.
Luego de que Santi Maratea ganara reconocimiento por ponerse al frente en causas solidarias, hoy se suma a un nuevo desafío: juntar donaciones para Ucrania en medio de la invasión de Rusia. El influencer fue convocado con el fin de encabezar una nueva colecta solidaria, en medio de la invasión a Ucrania.
Estos casos dejan en evidencia la importancia de construir una comunidad fiel que confíe, se sienta identificado con su referente y apoye las mismas causas. De esta forma, sin dudas, se pueden lograr grandes cosas y un impacto positivo en la sociedad.